😯 Un chico de nuestra escuela derramó café sobre el nuevo alumno sin saber quién era en realidad y lo que pasaría después.
Cuando comienza el nuevo semestre, la primera semana siempre es caótica. Siempre hay nuevos alumnos que deben adaptarse.
Este año, había un alumno transferido, Marcus, que era bastante reservado, pero llevaba consigo una disciplina invisible. Desde su llegada, atrajo la atención de uno de los chicos populares, Bradley, quien adoraba hacer espectáculo en la cafetería.
Un día, mientras todos almorzaban tranquilamente, Marcus estaba sentado solo en una mesa. Desde lejos, Bradley notó su soledad y se dirigió hacia él.
Todos lo observaban, curiosos por ver qué iba a pasar. Bradley se acercó a Marcus y le dijo, de manera burlona: «¿Por qué estás sentado aquí? Este no es tu lugar.»
Sin esperar una respuesta, derramó su café sobre Marcus. Los demás estudiantes se quedaron paralizados, esperando la reacción del nuevo alumno.
Marcus se levantó calmadamente y, con voz tranquila, respondió: «No lo hagas de nuevo.»
Luego, salió de la cafetería sin decir una palabra. Bradley, convencido de que Marcus estaba intimidado, buscó una nueva oportunidad para provocarlo.
Algunos días después, durante una clase de educación física, empujó a Marcus en la cancha de baloncesto. Lo que Marcus hizo dejó a todos sin palabras.
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Cuando Bradley, decidido a seguir con la provocación, intentó atacarlo nuevamente, Marcus cambió de actitud.
Con un movimiento fluido, esquivó el ataque, agarró a Bradley por el brazo y lo lanzó al suelo.
Un silencio total invadió la cancha.
Bradley, furioso, intentó reaccionar, pero Marcus, con un movimiento ligero, lo esquivó una vez más y lo empujó con un simple patada.
Esta vez, no se movió ni un centímetro, permaneciendo calmado y totalmente en control de la situación.
Entonces, descubrimos que Marcus era en realidad un campeón de Taekwondo.

